martes, 6 de diciembre de 2011

La Reaparición de Jose Tomás

Como un ángel caído del cielo. Como agua de mayo pero en julio. Así llegóJosé Tomás a Valencia. Rodeado de seguidores que luego no dejarían de llenar los tendidos en cualquier plaza en la que se ha anunciado. Por temple, compás, misterio y valor, José Tomás es un hito. Un revulsivo que este año más que nunca precisaba el mundo del toro. Hablamos del hombre que genera 1,5 millones de euros por corrida y que multiplica por 2,4 millones de euros la recaudación obtenida en taquilla en cada tarde en la que torea. Un estudio del profesor Juan Medina indicaba que ‘el impacto sobre la economía española de la reaparición de José Tomás se puede tasar en 92 millones de euros.’
Recuperado de una de las cornadas más graves de la última década acaecida en Aguascalientes el 24 de abril de 2010, pareció un milagro verlo nuevamente con el vestido de luces pisando el albero. Para añadirle emoción fue volteado de manera aparatosa y quedó KO en el suelo. Unos segundos de incertidumbre hicieron que los más desconfiados dudaran de la posibilidad de que el diestro de Galapagar pudiese continuar la lidia, pero su valor es inquebrantable. La ‘v’ que dejó marcada en el aire con sus piernas era sencillamente una señal de que José Tomás contaba, cuenta y contará con la fortuna de haber sido tocado por la varita mágica que acompaña sólo a unos pocos toreros.

La grandeza del toreo reside en la importancia que adquiere todo más allá de las orejas y rabos. Con la relación rota con aquellos toros que tantos triunfos le dieron, no fue el 2011 para observar cifras. 9 festejos y 9 orejas, esos son los números pero queda mucho más de José Tomás. Quedan nueve no hay billetes, y soles y lunas que el día 23 de julio acompañaron al diestro en el terno y que luego alumbrarían cada tarde para llenar a la afición de un no sé qué. Porque José Tomás tiene eso, lo inexplicable que es inexcusable, intransferible e intransigente.

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