Faenas Históricas

Más Morarte Que Nunca
Morante de la Puebla estuvo pletórico la  tarde del 21 de mayo en Las Ventas. La inspiración, las musas, sabe Dios qué, bajaron hasta la arena de Madrid para quedarse durante unos minutos y obrar el milagro del toreo, la grandeza de un arte inmarchitable y eterno que aflora en una verónica o en una media,en un muletazo en redondo y con la cintura "partía" de este diestro en cuyas muñecas y yemas de los dedos se asienta toda una tauromaquia acaso perdida de un tiempo para acá.
Morante cuajó una faena de capote como hacía años no se contemplaba en Madrid ni en cualquier otro lugar del planeta de los toros. Varias verónicas con la pierna alante, la barbilla encajada en el pecho y las manos muy bajas han hecho crujir las Ventas, pero también muchos hogares en donde los olés han brotado con una fuerza sideral. Porque Morante, a diferencia de los demás espadas del escalafón, interpreta el toreo con la capa tal cual mandan los cánones. En Morante no hay vulgaridad, sino gracia, donaire y hondura.
La corrida se fundamentó en Morante, dado el lamentable juego de las reses de Juan Pedro Domecq: pura casquería. Derrengados, chicos, nulos para el toreo, no embestían, sino saltaban, no humillaban, sino que deambulaban. 


El Más Grande

Quizá sea ya una anécdota, pero por lo menos en mi Blog, debía haber una mención a uno de los más grandes de Albacete. Dámaso González.
Hace aproximadamente dos meses se celebró en la ciudad castellano manchega un festival a beneficio de la viuda e hijas de Manuel Montoya, destacado subalterno albaceteño que se quitó la vida a inicios de Agosto.
El festival acogió a varias figuras del toreo y como todos los años, a un becerrista de la Escuela Taurina de Albacete. Como en cualquier otro festival se tratase hubo momentos emotivos, de tensión y momentos cumbre. Las críticas de las faenas de los maestros están ya descritas y yo querría subrayar, poner en negrita y en un tamaño mayor la sorprendente actuación de Dámaso González. No estaba, obviamente, incluido en el cartel, pero en el sobrero que pidieron entre los maestros éste ex-diestro albaceteño, bajo la insistencia del público, saltó al ruedo.
Ahí estaba, como en sus mejores tiempos Dámaso Gonzalez. Vestido con unos vaqueros y un jersey azul pavo enganchó la muleta. Una serie tras otra que hacía poner a la buena afición en pie. Un redondo seguido de otro, esos redondos que tantos han querido imitar y que solo él sabe hacerlo.
El público en pie, los componentes del cartel lanzando sombreros como en tiempos añejos y el maestro de maestros estaba en el albero, haciendo historia en la plaza de toros de Albacete.


DON JOSÉ TOMAS
José Tomás realizó una gran faena a su primero, al que toreó de forma magistral de capote, sobre todo en un ajustadísimo quite por chicuelinas, que tuvo su réplica por parte de Serafín Marín en su turno con otro por gaoneras, muy aplaudidos ambos. En la faena de muleta destacó el temple y la verdad del toreo de José Tomass
En el quinto llegó la apoteosis. Un toro que demostró extraordinaria bravura en el caballo con dos varas en las que empujó con fuerza y fijeza. Tomás lo recibió de capote con lances a la verónica de gran solemnidad. En la muleta fue la locura, con el toro a más, tomando los engaños por abajo y abriéndose al final de cada muletazo. Tomás realizó la faena de la temporada en Barcelona.
Un trasteo que fue ganando en intensidad por momentos, con un Tomás cada vez más metido y relajado, roto y abandonado el cuerpo, con enjundiosas series por ambos lados de suma profundidad y exquisito temple, embarcando las embestidas del animal con largura y despaciosidad. El toro quería más guerra, y las tandas fueron aumentando en números de pases sin solución de continuidad, y aquello tomó cotas de emoción indescriptibles.