Biografías

Su nombre real es José María Dolls Samper, hijo del mítico matador de toros, José María Manzanares. Es alicantino y tan sólo tiene 25 añitos.
No convencido de dedicarse a lo que había estudiado, veterinaria, José María Manzanares decidió tomar la alternativa en 2003, para confirmarse como torero dos temporadas más tarde.


Su historia es curiosa. La familia de su madre regentaba el hotel taurino por excelencia en Alicante: el hotel SAMPER. Más tarde, Yeyes y el diestro se conocerían... Ya embarazada de él, tras el nacimiento de dos niñas, Yeyes toreó una becerra, y el matador le dijo que ese acto tendría que servir para que el hijo que ella llevaba dentro fuese torero. Manzanares no se equivocó... 
El joven Jose Mari, que inició sus estudios de Veterinaria antes de decidir dedicarse al toreo, debutó con caballos en Nimes la noche del 22 de febrero de 2002, y cortó una oreja. Tomó la alternativa en Alicante el 24 de junio de 2003, el mismo día que su padre años atrás, con Enrique Ponce de padrino, el propio Manzanares de padrino simbólico, y Rivera Ordóñez de testigo. Ceremonia emocionante. Confirmó en Bogotá el 1 de febrero de 2004. Manzanares hijo empieza a revelarse, tras una época de tropiezos y dificultades, como un buen torero. Tiene mucho de su padre, y su porte elegante y su belleza enigmática tampoco le vienen mal. Esta temporada está siendo buena para el joven torero alicantino. Cortó una oreja en Las Ventas la tarde del 23 de mayo, algo que su progenitor tardó muchos más años en conseguir. Manzanares júnior, bien aconsejado y agraciado con la sabiduría y la experiencia de su padre, puede estar camino de conseguir un nombre con mayúsculas en la historia de la Tauromaquia. 
Fue él el que cortó la coleta a su padre el año pasado en Sevilla. Momento intenso que nubló de emoción las miradas de muchos... Ya retirado, Manzanares sigue acompañando a su hijo, el Jose Mari que ahora emociona en las plazas... 
Y, todavía, otro Manzanares. Manolo Manzanares, rejoneador, comienza a despuntar... 
El torero Josemari Manzanares ha sido fotografiado para la edición internacional de Vogue Hommes en su edición Otoño - Invierno por Peter Lindbergh, uno de los más afamados fotógrafos de la actualidad, de formación autodidacta. El ahora afamado fotógrafo alemán pasará de su vida de trotamundos que viajaba y se tomaba el tiempo para aprender inglés en convivencia con mochileros norteamericanos a ayudante de Hans Lux, sin pasar por escuelas de fotografía, entrando directamente en el mundo laboral.




Julián López Escobar nació en Madrid el 3 de Octubre de 1982. Hijo de un modesto novillero también conocido como El Juli, el 2 de junio de 1991, con tan sólo ocho años, se puso delante de una becerra durante una fiesta campera celebrada en una finca de Toledocon motivo de su primera comunión.Ese día le pidió a sus padres el ingreso en la Escuela de Tauromaquia de Madrid, algo que se hizo realidad cuando contaba con nueve años. El 1 de mayo de1993 debutó en público en Villamuelas (Toledo)Cuando Julián López El Juli tomó la alternativa en 1998 en la ciudad francesa de Nimes con tan sólo 15 años, los aficionados a los toros proclamaron que la Fiesta Nacional había resucitado. El joven torero madrileño traía aires nuevos: un variado repertorio con el capote, alegría con las banderillas y una gran seguridad con la muleta. Todas las virtudes de un torero estaban condensadas en El Juli. Por eso, a partir de entonces, el diestro de Velilla de San Antonio (Madrid) arrasó literalmente en todas las plazas del mundo.
Situado en los primeros puestos del escalafón, ha conseguido colgar el cartel de "no hay billetes" en cosos difíciles de llenar y ha logrado llevar a los toros a mucha gente que antes ni siquiera se había acercado a las plazas.
Pero El Juli no es un producto de los medios de comunicación. El joven torero, admirado y querido por el público, se ha ganado el respeto de la afición con virtudes estrictamente taurinas. Cada tarde, sale a la plaza a triunfar o a morir por lo que no es raro que haya sufrido varias cornadas a lo largo de su carrera. Sin embargo, Julián López siempre se ha recuperado satisfactoriamente de todas ellas y ha vuelto con ilusiones renovadas.
En México le adoran desde que comenzó su carrera como novillero y en España es un mito. Como toda leyenda viva, El Juli tiene sus partidarios y detractores, pero independientemente de su concepto del toreo, sí parece indiscutible el hecho de que ha regenerado la fiesta de los toros



Nació el 2 de octubre de 1.979, en un pueblo bañado a orillas del Guadalquivir, donde sus aguas acarician las marismas y Doñana, su luz cubre el cielo de una paz infinita, allí di mis primeros pases a la luz del lubrican, teniendo como testigos a la flora y a la fauna.
Según su madre, antes incluso de nacer, ya presentía un torero en su vientre. De la mano de su padre entre armaos y eucaliptales y aún sin enlazar las palabras unas con otras le pedió un vestido de torear.

El diestro de  niño dormía con la ilusión de los Reyes Magos y..., no le traían el traje de torero, no quería ningún juguete, sólo una muleta y una espada; este es Morante de la Puebla, cuyo apellido artístico lo lleva en sus entrañas.
En tierras de Toro, allá por la finca de Pérez Concha, en las marismas del Guadalquivir, con menos edad que cuerpo, toreó su primera becerra
Aquella noche, acostado con su madre y jugando entre sus piernas, le dijo: "mamá, cuando yo sea torero y toree en la Real Maestranza de Sevilla y el público me pida la oreja, yo diré que no, que es para mi madre..." Se cumplió el sueño de niño y aquella primera oreja en la plaza de toros de Sevilla, se la entreguó a ella con todo el amor de un hijo.
Hoy ha madurado bastante desde aquella niñez, respira toreo, muletea al viento y sueña y sueña con más ilusión si cabe que de niño. Se siente torero y sevillano por los cuatro costados, fragua el temple con el compás y busca en cada muletazo el ritmo entre el toro y su muleta, ...y es feliz.